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Las mujeres rurales cumplen un papel decisivo en el desarrollo, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza, en el mundo. Ellas representan más de un tercio de la población mundial. Sin embargo, sólo en América Latina, se estima que cerca del 85% de las horas que trabajan las mujeres rurales, es trabajo no remunerado o poco valorado.

Eso lo vivió en carne propia Rosiris Guillén, una joven emprendeora, nacida en la población de El Baúl, estado Cojedes.

Proveniente de una familia humilde, de escasos recursos, pero con muchos deseos de superar los tantos desafíos a los que se enfrenta una mujer, por el simple hecho de serlo, especialmente en las zonas rurales, Rosiris decidió colgarse su morral de sueños y se embarcó en la aventura de continuar estudios en la ciudad más próxima a su pueblo. Ya en San Carlos, la capital del estado Cojedes, empezó a estudiar la carrera de Administración, logrando alcanzar la licenciatura.

Rosiris afirma que ya con título en mano, tocó muchas puertas, pero los empleos eran escasos y los que encontraba tenían una paga que no le alcanzaba para cubrir sus gastos de hospedaje, alimentación, de ropa y calzado, mucho menos para ayudar a su familia.

Un día tomó la decisión de emprender. Ahora ella se dedica a hornear y decorar tortas, no solo para cumpleaños sino también de baby shawers, matrimonios, bautizos, con modelos y sabores al gusto del cliente.

Aprendí mi oficio en medio de la crisis que estaba iniciando en nuestro país, Venezuela, porque a pesar de tener un título universitario, fue imposible conseguir un empleo digno.

Llena angustia le pedí a Dios con toda la fe que tenía en mi corazón que direccionara mi vida, solo necesitaba una señal que me llevara hacer lo correcto. Al día siguiente amanecí con una idea, hacer helados de fruta, luego que contuvieran leche, la venta tuvo éxito, pero no era suficiente, necesitaba generar un oficio que aumentara mis ingresos, era tiempo de pandemia, el trabajo disminuía junto a las oportunidades.

Comenta Rosiris que una mañana, revisando las redes sociales, llamó su atención un tutorial YouTube donde enseñaban a elaborar tortas. “En seguida muchas  ideas vinieron a mi mente, pero surgieron también inesperadas preguntas: ¿podría ser un negocio rentable? ¿sería capaz de enfrentar este reto?  Entonces comencé a ver tutoriales donde aprendí a realizar leche condensada y arequipe artesanal. Poco a poco el proyecto de emprendimiento fue tomando cuerpo, empecé a comercializarlo, vendía porciones a otras emprendedoras. Así nació mi deseo de ser una gran repostera.

Con las manos en la torta

Llevo casi dos años ejerciendo el oficio, un trabajo que amo profundamente, hasta la fecha he realizado más de 600 tortas entre ellas: tortas básicas, rellenas de chocolate, de arequipe, fresa, brawnies. Además, tortas tipo marquesa frías, rellenas de chocolate, choco maní, choco coco, bienmesabe, fresa, mantecado, tres leches, adicionalmente realizo torta fría de capuchino, quesillos y gelatinas de diferentes modelos y sabores. Les cuento un secreto, la que más me gusta hacer es la de triple chocolate.

Mis clientes son particularmente del municipio Girardot, donde vivo. Me encanta ver sus caras cuando reciben su pedido y me expresan: “Wuao que hermosa torta” pero las que más disfruto son las que me piden los clientes que están fuera del país. Son encargos muy especiales que me llegan a lo más profundo del alma, no solo las preparo, también acompaño la entrega. Llegar a las casas para no solo llevar el pastel de cumpleaños, sino vivir y compartir sus lágrimas de tristezas y alegría, es algo que me hace sentir que vale la pena seguir adelante.

Una anécdota que recuerdo y todavía siento ganas de llorar, fue la entrega de una torta, acompañada de un hermoso arreglo y globos para una niña de 10 años. Su papa desde Colombia me contacto, tiene tres años sin ver a su hija y quería regalar una inolvidable sorpresa. Con mucha emoción llegué a su casa, la niña no dejaba de llorar, me abrazó, sentí que ese mágico abrazo era para su papá, yo solo era cómplice o el puente para que ellos tuvieran un acercamiento. En ese preciso instante comprendí que mi trabajo era maravilloso.

En estos momentos mi trabajo está más sólido con la compra de un nuevo horno, gracias al apoyo de Acción Campesina que apostó por mi emprendimiento y valoró mi trabajo. Ya he obtenido dos créditos que me han ayudado a crecer. Acción campesina es una luz para muchos emprendedores honrados y trabajadores, que sólo esperan que alguien crea en los proyectos que tenemos. Agradezco infinitamente a Acción Campesina y deseo mucha salud para todo su equipo, para que continúen ayudando y multiplicando bienestar en la vida de todos.

Créditos: Agradecemos a Rosa Gutiérrez, coordinadora de Acción Campesina en Cojedes, por compartir la historia de Rosiris Guillén y a la familia Guillén por hacernos llegar las fotos.