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La recuperación del sistema educativo es posible

Con el proyecto piloto de Emergencia Educativa, denominado: Reforzamiento educativo intercultural en comunidades rurales en situación de crisis humanitaria en el Estado de Zulia, Acción Campesina apuesta a la recuperación de 540 estudiantes reforzando su proceso enseñanza aprendizaje.

Luis es un niño de trece años, vive con su abuela materna porque su madre se fue a Colombia en busca de una mejor calidad de vida para ella y para sus tres hijos.  Su estatura es pequeña, si se le compara con otros niños de su misma edad. El color de su piel es cetrina, su abuela dice que es por su mal comer.

Luis cursa el quinto grado de primaria en su escuelita rural, y a pesar de haber aprobado el cuarto grado, todavía no sabe leer ni escribir, tampoco se sabe la tabla de multiplicar.

Aunque Luis es un nombre ficticio, para resguardar la identidad del menor, su historia es real y es uno de los tantos niños venezolanos  que pasan de grado sin cumplir los requisitos básicos de la escolaridad y que se encuentran atrapados en un círculo de pobreza económica e intelectual.

Cambiándole la cara al futuro

Los niños son la parte más vulnerable cuando las crisis golpean. En Venezuela, la crisis educativa golpea sin piedad y sin razón. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) existen  8,9 millones de estudiantes venezolanos afectados por el cierre de instituciones educativas en los diferentes niveles.

Acción Campesina: Taller de reforzamiento escolar en la comunidad de Guarero, mcpio. Guajira, Edo. Zulia

En los últimos tres años, el número de alumnos se redujo 15,6%; o dicho de otra forma, 1,21 millones de niños y adolescentes abandonaron las aulas (unos 400 mil por año), así lo recoge Diagnóstico Educativo de Venezuela (DEV 2021), una investigación donde participó la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Ante estas alarmantes cifras, surge la necesidad de un plan de nivelación escolar y para ello algunas organizaciones, universidades y especialistas en el área, buscan soluciones a esta grave problemática que afecta al futuro del país.

Acción Campesina es una de ellas porque cree que la recuperación del sistema educativo es posible. Por eso emprendió un proyecto piloto de Emergencia Educativa, denominado: Reforzamiento educativo intercultural en comunidades rurales en situación de crisis humanitaria en el Estado de Zulia, Venezuela. 

“Este proyecto consiste en el auxilio  a la educación primaria en comunidades rurales de la zona de la Guajira Venezolana, en específico en dos escuelas: Padre Francisco Babbini y Yanama de la comunidad intercultural de Guarero. Unidades educativas que están en una situación de suma emergencia, aunque toda la educación en Venezuela se encuentra en terapia intensiva” comentó el Prof. Jesús Alirio Pernía, coordinador del proyecto por Acción Campesina. 

Equipo de docentes con el prof. Alirio Pernía

Agregó Pernía que el plan piloto se enfocó en cuatro áreas detectadas en un diagnóstico previo:

  1. Reforzamiento académico a 40 educadores, por medio de talleres de resignificación del plan escolar, talleres de Pedagogía y talleres sobre Seguridad y Riesgo Escolar.
  2. Refacciones de 3 espacios de formación: dos en la Escuela Francisco Babbini y uno en el Centro Comunitario de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en la población de Guarero ubicada cerca de la frontera con Colombia en el estado Zulia.
  3. Formación a Padres/representantes y Cuidadores con talleres sobre crianza positiva, seguridad escolar, con el fin de lograr mayor permanencia de los estudiantes en el sistema educativo formal.
  4. Fortalecimiento de competencias básicas a estudiantes de Primaria en lectura, escritura y dominio matemático en más de 500 estudiantes para recuperar el retraso escolar causado por la pandemia.

Esperanzas de acortar la brecha

A Luis no le gusta ir a la escuela, dice que sus compañeros se burlan de él porque no le da tiempo de escribir en su cuaderno, lo que la maestra copió en la pizarra. Todos los días se va llorando y regresa a casa sin hacer casi nada. Su abuela ha recibido innumerables notas de la maestra porque el niño no participa en las actividades diarias.

Entre Luis y la mayoría de los niños de su salón hay una gran brecha que si no se corrige a tiempo puede desembocar en un analfabeta funcional o en la deserción total del infante a la escolaridad.

Fue así como el equipo de promotores de Acción Campesina visitó a la abuela de Luis para convencerla para que el niño fuera uno de los 540 estudiantes de primaria que recibiría  reforzamiento académico por parte de un equipo de maestros locales.

Luis recibió fortalecimiento académico junto con otros estudiantes con rezago escolar por parte de educadores previamente capacitados durante un proceso de fortalecimiento  pedagógico. 

“Este proyecto es hermoso y exigente, Considero que es importantísimo el apoyo a la educación. Realmente es urgente, primero por la situación de crisis que se vive en el país, segundo la pandemia por coronavirus que agravó aún más la situación del país. Pero este mal no es nuevo, nosotros ya veníamos con este problema de abandono a la educación, por parte del Estado.  Yo lo veo como una respuesta de Dios al grito de súplica de la gente y digo grito refiriéndome al suplicio que sufre esta gente, especialmente los educadores, porque muchos docentes están en una situación como de abandono, no?  Entonces, apoyarlos a través de una organización donde podamos seleccionar a unos mejores profesores, que podamos ayudar a los niños, y que se recupere el sistema educativo, es maravilloso,” agregó Pernía.

Nacido para crecer

La receptividad de las dos comunidades educativas donde se ejecutó este proyecto fue muy efectiva desde sus inicios, lo cual se corroboró en la asistencia a talleres y en el apoyo a las diferentes actividades voluntarias para las refacciones de baños en las instituciones educativas, entre otros.

Para alcanzar un mejor reforzamiento pedagógico, Acción Campesina capacitó a 40 educadores con un enfoque desde el aprender a aprender y aprender haciendo, así como lo étnico e intercultural, partiendo de los derechos básicos para el aprendizaje. Para una mayor efectividad del proceso, a cada docente le entregaron un kit con material didáctico y otro de higiene y prevención del Covid-19.

Los niños también recibieron un kit escolar con más de 20 artículos.

Sin embargo, como todo es perfectible, el profesor Pernía considera que el tiempo de ejecución del proyecto fue muy corto para la cantidad actividades planteadas. “Fue un proyecto rápido, de emergencia. No obstante, se lograron los objetivos. Algunas maestras donaron parte de su tiempo para realizar jornadas como un servicio voluntario, sin remuneración alguna, para poder completar el ciclo de formación a niños que estaban bastante rezagados. Aún hoy, hay maestras que se reúnen en las tardes con los niños como una actividad voluntaria.”

“Yo veo la continuación de proyecto como una gran oportunidad para brindar apoyo a las escuelas de las zonas rurales, que tanto lo necesitan. Creo que sería hermoso continuar brindarles apoyo porque las comunidades rurales están más urgidas y normalmente tienen esa característica tan diferente a la de las ciudades, las familias a pesar de vivir más distantes, son más unidas, disfrutan el encuentro y se siente más la solidaridad. Muchas maestras y representantes me han manifestado su agradecimiento hacia Acción Campesina, porque dicen que ha sido una organización que dedicó todo su esfuerzo y su tiempo al proyecto, que los han apoyado muchísimo. Estamos muy felices y contentos por el trabajo realizado.”

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